lunes, 15 de junio de 2009

SEMANA COMPLETA Y SORPRESA FINAL


Pues al final fue una buena semana. Como ya había comentado en el anterior post, esta era la semana del cambio. Un cambio que suponía un incremento en los días de entreno, uno más, y consecuentemente con el incremento de las salidas, el incremento de los kilómetros a acumular.
Esta semana fueron días de salida, el lunes, miércoles y jueves y el sábado la tirada larga.
Los tres días, llamemosles ordinarios, fueron cumplidos a rajatabla, con muy buenas sensaciones y con una distancia recorrida en cada uno de ellos de 10 kilómetros, en los cuales invertía entre los cuarenta y cinco y cincuenta minutos, a ritmo trasquilo, descubriendo nuevos perfiles de los circuitos habituales. Inicialmente, las sensaciones fueron muy buenas y la recuperación de las salidas, alguna de ellas con temperaturas un poquito altas, también fue buena. Parece que la labor tendente a obtener el fondo, va mostrando poco a poco resultados positivos.
Así las cosas, llegamos al sábado, en el que inicialmente tenía prevista la salida larga de la semana, que en principio consistía en un circuito de unos catorce kilómetros y medio, aproximadamente. Inicié mi salida hacia las doce de la mañana, en un día perfecto para correr. Temperatura no muy alta, una brisa agradable y una cierta neblina que impedía que el sol pegase fuerte sobre las largas rectas que conforman el recorrido. Lo inicio a un ritmo alegre pero controlado en el que, como dicen los toreros, me iba recreando en la suerte. Cuando estoy llegando al kilómetro seis, la sorpresa. La carretera se encuentra cortada para el trafico de vehículos y peatones. Momentos de indecisión y duda, localización de ruta alternativa, marcha atrás, hasta que por fin un amable ciclista me indica por donde tirar. Esta alternativa consiste en efectuar un rodeo por la población de casi cuatro kilómetros, en el que la primera parte, de un kilómetro y medio aproximadamente es un cuesta intensa y exigente. La acometo con cierta aprensión y, sorprendentemente la corono en mejores condiciones de las que pensaba. A partir de ahí es una bajada suave hasta retomar la ruta inicialmente prevista, por la que continuo manteniendo un ritmo constante y similar al del inicio. Lo mejor de todo, es que me encontraba fuerte, en ningún momento sentí debilidad alguna, pese al incremento de kilómetros que de forma sorpresiva tuve que realizar y añadir a los inicialmente previstos. Antes al contrario, abordaba las rectas con decisión y firmeza. Me sentía fuerte, y lo que para mi era más importante, con la suficiente fortaleza mental para llegar a destino, pese al momento de confusión generado por el corte de la carretera y la necesidad de resolver el problema planteado.
Así lo hice y al final el recorrido fue de 18 kilómetros (bueno, en realidad, 17, 970 según el google maps), en los que invertí un tiempo de una hora y cuarenta minutos, de la que si descontamos un par de minutos para cubrir una necesidad fisiológica y otro par de minutos invertidos en preguntar y localizar la ruta alternativa, me hicieron llegar al destino francamente exultante y eufórico.
Y esa es la sensación que tuve al finalizar. Exultante y eufórico, con el nivel de endorfinas altísimo, la autoestima henchida y muy satisfecho interiormente. Era la distancia más larga cubierta por mi y creo que lo hice en un tiempo más que aceptable. Evidentemente no era una media, pero cada vez me falta menos para alcanzar esa primera que, aún no hace un año me propuse realizar. Eso sí, la tarde la pase con las piernas bastante cansadas, pero con un regusto en la boca muy agradable. Semana completa y una muy agradable sorpresa final y unas sensaciones que, de verdad necesitaba sentir hace tiempo.

Miércoles 10 Km 50 minutos
Jueves 10 Km 48 minutos
Sábado 17,890 Km 1 h ,45 minutos.

martes, 9 de junio de 2009

VOLVIENDO AL BUEN CAMINO

Volviendo al buen camino. Ese es el punto en el que me encuentro en estos momentos y al que me han llevado los entrenamientos de la semana pasada. A ello ha ayudado de forma importante el tiempo agradable que hace que, cada salida, ya con la equipación de verano, mas ligera y fresca sea un verdadero placer. Sin frío, pero sin excesivo calor, con la temperatura adecuada, a esa hora crepuscular en la que resulta plenamente apetecible la salida. Da gusto también encontrarte con mas corredores. Ya no eres tú el único que corre por esas calles o carreteras. Parece que con el buen tiempo los corredores nos hacemos más visibles, o cuando menos más gente se anima a correr. Por cierto, una cosa me llama la atención. Me estoy encontrando con más chicas o mujeres corriendo que hombres. Al menos eso es lo que yo me encuentro ¿Tendrá algo que ver con la operación biquini?. Por otro lado y ayer lunes, para evitar un poco la monotonía introduje una pequeña novedad en el entrenamiento. Esta no fue otra que hacer el circuito por el que corro esta temporada en sentido contrario, y la verdad es que fue una sensación extraña la que experimenté. Era, y me refiero a las sensaciones físicas, como descubrir un nuevo recorrido. Cierto es que todo era conocido, pero obviamente el perfil era distinto, la larga recta ascendente se convertía en descendente, el corto tramo de bajada rápida se convertía en una subida exigente y sorpresiva en medio del recorrido y así sucesivamente, pero la sensación era la de estar descubriendo un nuevo recorrido, y las sensaciones eran como las que experimentamos cuando hacemos una nueva ruta.
Creo que, como decía en otro punto, es necesario romper la rutina y procurar, si ello es posible, no hacer siempre el mismo recorrido. Creo que al final el cuerpo se va acostumbrando y dejas de exigirte ese pequeño plus que creo es necesario realizar en cada entrenamiento.
Al final, todo ello, me ha conllevado a que, en la semana pasada, cumpliese con lo previsto, lo cual me ha ayudado a volver a retomar mi programa de entrenamiento en el punto en el que, a partir de esta semana y hasta finales del mes de julio, se me incrementa en un día más de salidas.
El plan semanal, quedará establecido con cuatro salidas semanales, tres de entrenamiento llamémoslo habitual y una larga el fin de semana. En principio la idea es que en las salidas, digamos cortas, siga manteniendo diariamente los 10 kilómetros como distancia a recorrer, y en la salida larga, inicie en 14 o 15 kilómetros la primera, para hacia finales del mes de julio rondar los 20 kilómetros.
La verdad es que creo que empiezo una fase bastante exigente que me va a conducir a las vacaciones del mes de agosto, en el que realizaré un pequeño paréntesis, realizando en principio salidas de mantenimiento. Allá a principios del mes de septiembre, se cumplirá un año desde que retomé la carrera como el instrumento para mi perfecto de mantener una buena forma tanto mental, como física.
Mientras tanto, espero y confío en que las circunstancias no me hagan dejar el buen camino.


Viernes 10 Km 48 minutos
Sábado 10 km 50 minutos
Lunes 10,100 km 46 minutos

jueves, 4 de junio de 2009

CATARSIS


La semana pasada, cumplí lo previsto en esta fase de retomar las salidas y tratar de recuperar el ritmo perdido. Salí cuatro días, siempre a un ritmo tranquilo, pero cada día con un poco más de intensidad, pero realizando siempre en esas salidas la distancia prevista. Terminé satisfecho la semana, pues cada vez voy recuperando, con cierta presteza el ritmo perdido.
Esta primera semana de junio, en mi ciudad es un poco especial, pues el martes es un feriado local, en el que la costumbre obliga a efectuar una comida campestre. Aún a pesar de que nuestros ánimos todavía no están en el mejor de los niveles, cumplimos con la tradición. Un día espectacular de sol y calor, hizo que añorando, el día pasase de la mejor forma posible. Y ayer miércoles retome la carrera. Esta semana, ya he incrementado notablemente las distancias a recorrer, 10 km aproximadamente en cada salida. Así que ayer, tras un día de calor importante y con la amenaza de tormenta rondando, inicie mi salida. Al poco de comenzar a correr, las ráfagas de aire confirmaban la presencia de la tormenta, que se manifestaba con la ocupación de gran parte del cielo por unas nubes negras bastante amenazantes. Aún así, la temperatura era la propicia para correr y estaba disfrutando como hacía mucho que no lo hacía de la salida. El circuito elegido ayer, era nuevo, por cuanto que era el resultado de una nueva combinación varios tramos de mis circuitos habituales, siguiendo el consejo de variar los recorridos, tratando siempre de evitar que el cuerpo se acomode a lo conocido, y forzando un mayor nivel de exigencia. Hacía la mitad del recorrido, comenzaron a caer las primeras gotas. Gotas frías que impactaban cada vez con más intensidad hasta terminar lloviendo de forma continuada y moderada.
La sensación, lejos de molestarme me agradaba. Era como si me fuera limpiando, sobre todo de forma interior. Era como un rito de purificación a través del cual, iba expulsando esos sentimientos tóxicos acumulados desde hace mucho tiempo. Me sentía muy a gusto a pesar de la incomodidad de la lluvia, del impacto de las gotas frias y la necesidad de controlar un poco la marcha para no sufrir un resbalón inoportuno.
No me amilanó la situación. El sudor era eliminado por el agua, generándome una sensación reconfortante. Disfrute de la situación y del momento. Fue como una pequeña catarsis interior. Fue una sensación de plenitud personal y física como hacía mucho que no sentía. En determinados momentos me sentía ligero, rápido. Con mayor velocidad. Quizás pueda parecer exagerado, pero creo que ayer disfruté de una experiencia absolutamente espiritual. Llegó un momento en el que no pensaba absolutamente en nada, solo sentía. Mi sensaciones físicas me dominaron. Avanzaba, corría y sobre todo disfrutaba del correr bajo la lluvia. No me importaba que la visera de mi gorra gotease. No sentía las sensación de humedad. No me agobiaba, al contrario, me sentía eufórico y con las endorfinas a pleno rendimiento.
Al final, invertí 45 minutos en recorrer los 10 kilómetros. Pero eso ayer era lo de menos. Mi satisfacción no era física, sino fundamentalmente espiritual. Y estaba plenamente reconfortado.

Miércoles: 10 km 45 minutos