lunes, 7 de septiembre de 2009

RITMO


El ritmo constituye un elemento fundamental en cualquier tipo de composición musical. Es evidente que sin esa columna vertebral la música no sería tal y se convertiría en una sucesión de sonidos sin sentido alguno, siendo de esa forma absolutamente imposible el poder transmitir el más mínimo sentimiento a cualquier auditorio. Además, es un elemento fácil de constatar. Todos somos capaces de reconocer la presencia o la ausencia de ese ritmo.
Al igual que en la música, el ritmo es fundamental en cualquier otra actividad vital que podamos desarrollar. En el trabajo, en el amor el ritmo siempre es fundamental. Claro está que no a todos nos marca el mismo ritmo. Cada uno tenemos el nuestro y eso es lo que, al menos desde mi criterio, nos hace a todos diferentes pero nos iguala en la consecución de las metas a las que pretendamos acceder. Lo importante no es llegar antes, sino llegar, terminar el camino. A nuestro ritmo, a nuestra marcha. Al final, la satisfacción siempre será la misma. Estoy convencido que, en cualquier maratón, el nivel de satisfacción al menos será el mismo tanto en el ganador de la prueba, como en el último participante que logra finalizar el recorrido.
El nivel de esfuerzo, cuantitativamente no será el mismo, pero cualitativamente seguro que sí. Y eso mismo se podrá predicar de la satisfacción personal de finalizar la prueba. De superar el reto.
Estos días he podido comprobar la importancia del ritmo.
Llega siempre, en la carrera o en el entreno un momento en el que, alcanzas ese nivel de ritmo absolutamente adecuado, en relación con la intensidad del ejercicio. Y cuando lo alcanzo siempre me surge esa agradable sensación de poder continuar corriendo muchos kilómetros o mucho tiempo. No se lo que es la perfección, pero estoy seguro que se asemeja mucho a esa sensación en la que te sientes absolutamente cómodo. Corres de forma absolutamente relajada. Tu respiración es pausada, continua y tranquila. Es el momento del rodaje perfecto.
Hoy MJ creo que lo ha experimentado. Era el primer día en el que incrementamos la distancia a recorrer en su plan de entrenamiento. Hemos saltado de los cuatro kilómetros y medio a casi los cinco por salida. Y hoy, llegó un momento en el que las zancadas de ambos estaban completamente acompasadas, al mismo ritmo, cómodo pero continuo y hasta un poco exigente. Ese ritmo permitió que hoy no hubiese parada durante más de treinta minutos y que terminasemos el recorrido en 38 minutos. Quién se lo iba a decir a MJ y a mí, hace apenas un mes.
La idea que tenemos es el mantener ésta distancia durante las salidas de esta semana, para tratar de consolidar ese avance. Tal y como hemos venido haciendo y eso que este último fin de semana, determinados compromisos hicieron que alguna noche trasnochasemos. Aún así, no hemos perdido ninguna salida de las programadas, siendo la más decidida MJ. Yo por mi parte, continúo con la alternancia de las salidas en solitario con las que comparto con MJ. Dentro de un par de semanas incrementaré la distancia en las mías. Espero que sigamos manteniendo nuestro ritmo.

VIERNES 9,500 km 42 minutos
SABADO 4,500 km 38 minutos
DOMINGO DESCANSO
LUNES 4,950 Km 38 minutos

1 comentario:

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

De ahí la importancia de los pulsómetros y de experimentar con ellos. Sé por experiencia propia que no pasando de 165 pulsaciones puedo recorrer 20 kilómetros sin desfallecer. Cuando llego a 170 noto que me cuesta mantener el ritmo, aunque llegue a esforzarme y lograrlo. Pasar de 175 está reservado para series con recuperación o para carreras.

Pero claro, cada cuerpo tiene su propio ritmo. Lo interesante estriba en descubrir cuál es el adecuado.