miércoles, 13 de octubre de 2010

VELOCIDAD DE CRUCERO



Ya ha finalizado el puente y he cumplido prácticamente en su integridad el plan previsto. Ha fallado la tirada larga que quería realizar el sábado, pero no así la salida. Por compromisos familiares del sábado y falta de tiempo, efectué la salida sobre la distancia habitual de los nueve kilómetros y medio tal y como venía realizando hasta ese día. Así pues las salidas fueron el sábado, domingo y martes. El sábado comenzó con un día muy, pero que muy nublado y lloviendo bastante intensamente a primera hora de la mañana. Tuve que hacer un poco de tiempo hasta que a eso de las diez menos cuarto, cuando decidió dejar de llover, pude salir. La temperatura agradable, pero una sensación de bochorno y humedad bastante intensa. Durante la primera mitad del recorrido no llovió, pero durante la segunda si. No solo llovió, diluvió. Antes de ponerme la capucha del chubasquero, y eso que llevo siempre mi gorra puesta, el agua me entraba por el cuello y salía por las mangas. Aún así disfruté de la salida y la cumplí hasta el final. Como siempre, una vez terminado el entreno, dejo de llover (casualidades) y el resto del día fue muy apacible en lo meteorológico. Cumpleaños de los hijos de unos muy buenos amigos, magnifica fabada y estupenda sobremesa con siesta incluida, remataron el sábado. Domingo descanso y lunes nuevamente la salida sobre la distancia habitual. Ese lunes sería el último día en el que correría la distancia de los nueve kilómetros y medio pues el martes me tocaba ya subir a los diez kilómetros, distancia que será la que de forma habitual afronte a partir de ahora en cada entrenamiento.
No se a los demás, pero para mi, los 10 kilómetros suponen un pequeño hito psicológico. Creo que es una distancia de referencia. Es una distancia de muchas carreras del calendario y con toda seguridad será la distancia que, una vez superado ese punto de miedo escénico que me producen las carreras, suponga mi bautismo en las mismas. Ahora y en esta fase de mis entrenos es, en principio la que marcará mi velocidad de crucero. La distancia que recorreré en cada salida.
La afronté el martes y decidí tomarme con tranquilidad el entrenamiento con el único objetivo de marcar un tiempo de referencia que sirviera por un lado como punto de partida y por otro para determinar el estado en el que me encuentro y con la intención de no superar en ningún momento las ciento cincuenta pulsaciones. Así que, con esos condicionantes, ayer por la mañana, con amenaza de lluvia salí a correr a las nueve y media y afronté el nuevo circuito que diseñe para la distancia. Es bastante completo, pues dada la orografía de mi ciudad, tiene cuestas, llanos, bajadas, en fin bastante completito. Por suerte no llovió y al final el crono marcó exactamente 1 hora y 13 segundos. Acabé bastante satisfecho. Hacía casi unos cuatro meses que no llegaba a esa distancia en un entrenamiento y creo que el tiempo, como punto de partida no ha estado mal. A partir de ahora, entro en una fase un poco más exigente, pero sin prisa, con paciencia, tomando poco a poco el pulso a la distancia y acumulando los entrenos y los kilómetros creo que en relativamente poco tiempo, podré alcanzar el objetivo que me había previsto, tratar de hacer la esos diez kilometros en torno a los 50 minutos, a finales de diciembre. Creo que podré conseguirlo. Solo queda mantenerme en mi altura y con mi velocidad de crucero.
PD.- Este fin de semana ya he sido incorporado oficialmente al BRT. Gracias Carles y pronto tendré mi ropa de correr rotulada con el logo.

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