miércoles, 22 de abril de 2009

AUMENTANDO LA CARGA



Los días transcurridos desde mi ultimo post, puede decirse que, sin ningún género de dudas han supuesto la entrada en una nueva etapa de mi evolución como humilde corredor aficionado.
Efectivamente, según el plan de entrenamiento, comienzo una época en la que los días de entrenamiento se van alternando con los de descanso. Así de ésta forma y durante el próximo mes y medio, al menos, el plan es entrenar un día y el siguiente descansar y así sucesivamente. Al margen de ésto, también aumenta la distancia a recorrer cada día de entrenamiento. Según el plan, mínimo deberían de ser doce kilómetros, pero en función de los dos circuitos que he diseñado me salen una distancia diaria de unos catorce .
Creo que es evidente que lo que pretende mi plan, es el que incremente la carga tanto de kilómetros como de tiempo. En definitiva subir un nuevo escalón en la capacidad de resistencia y sufrimiento frente a ese claro incremento en las distancias recorridas por semana.
Así las cosas, el miércoles pasado me toco inaugurar esta etapa. La tarde fresca pero no fría, hizo que el entrenamiento fuera agradable y terminase con buenas sensaciones., como ya dije en el anterior post. Jueves descanso y viernes nueva salida. Sorprendido en su inicio por un intenso aguacero éste me obligó a parar el entrenamiento y refugiarme a cubierto durante unos diez minutos, hasta que las nubes se despejaron. A partir de ahí, el resto del entrenamiento fue muy cómodo, pues tras la lluvia, el ambiente permitía claramente disfrutar de la salida, sobre todo cuando la ruta discurría por las inmediaciones del parque de invierno. En cualquier caso, las oscuras nubes tormentosas se encontraban amenazadoramente visibles a lo largo del recorrido, aún cuando finalmente no volvió a llover, pudiendo terminar la salida sin ninguna incidencia.
Sábado descanso y el Domingo a las once de la mañana, con un día absolutamente espectacular efectué la salida. Esta vez, no la hice por el circuito habitual, sino que el trayecto me iba a llevar hasta una localidad distante quince kilómetros de mi domicilio. El inicio fue muy agradable, pues la brisa fresca aliviaba la marcha. Poca gente por las calles, y algún que otro corredor con el que puntualmente nos cruzábamos.
Tengo que señalar que, este recorrido, se caracteriza por grandes rectas sin la más mínima sombra y por ser una autentico rompepiernas, pues va alternando suaves bajadas con suaves pero muy continuadas subidas. Obviamente, a medida que iba transcurriendo la salida, el calor fue apretando. El sol calentaba de lleno y caía a plano en las rectas, las cuales se hacían absolutamente eternas, inacabables y mi nivel de sudoración fuera muy patente. La conjunción de ambos factores hicieron que, poco a poco, paso a paso fuera sintiendo una importante sensación de agobio a la que ayudó de forma notable y en los últimos kilómetros en una intensa sed. Al final, alcancé el destino y al comprobar el reloj, pese a mis sensaciones, estas resultaron ser engañosas pues el tiempo empleado estaba en la línea que previamente había calculado, para la distancia, lo cual viene a demostrar que muchas veces nuestro cuerpo tiene mucha mas resistencia que nuestra mente.
Ni que decir tiene, que tras estirar, y con absoluta avidez, lo que hice fue recuperar líquidos.
El lunes descanso y ayer nuevamente salida por mi circuito urbano habitual.
Lo mejor de estos días, ha sido comprobar que voy alcanzando una buena capacidad de recuperación. Supongo que ello será consecuencia del fondo hasta ahora acumulado. y de ir mejorando poco a poco mi estado de forma.
Ahora, lejos de estar dolorido y con agujetas, sensaciones que solía experimentar cuando anteriormente procedía a una nueva fase de entrenamientos, siento el lógico cansancio , que se elimina tras un buen sueño.
Por otro lado la báscula me dio otra alegría; 81,100 Kg. con lo que la pérdida de peso desde septiembre del año pasado es de unos seis kilos apróximadamente, lo cual creo que está muy bien.
Creo que todo ello me confirmar que voy por el buen camino y que me esta resultando absolutamente trascendental , por un lado la paciencia y por el otro el contar y seguir con un plan de entrenamiento racional, y sobre todo enfocado a obtener resultados a medio y largo plazo.
Todo ello me motiva e ilusiona. Y sobre todo me justifica y me sirve de recompensa el sacrificio de ir poco a poco, aumentando la carga.



Viernes : 14,200 1 h y 15 minutos
Domingo : 14,800 1h y 15 minutos
Martes : 14,200 1 h y 15 minutos

jueves, 16 de abril de 2009

SITUACION EXTRAÑA

Finalizados estos días de vacaciones (de jolidays como diría Syl), ya estamos de nuevo amarrados al duro banco.
La verdad es que se han hecho cortos y si bien los planes y las intenciones no salieron como esperaba, debido a la meteorología que hizo que estos días pasados en Pirineos, más que primaverales fueran absolutamente invernales, aún así, de los cuatro días en los que pensaba esquiar, pude disfrutar de dos, Jueves Santo radiante y Viernes Santo aceptable. Un cincuenta por ciento del objetivo establecido, que no está mal. Vamos que si alguien nos asegura que en nuestra vida vamos a conseguir el cincuenta por ciento de lo que nos propusiéramos, yo soy el primero en firmar.
El lunes, fue día de realizar el viaje de regreso y el martes de retomar la actividad laboral, leer papeles, hacer y recibir llamadas, consultar y actualizar la agenda y demás cuestiones de logística personal, profesional y familiar.
Así que hasta ayer miércoles no retomé los entrenamientos. Eso sí, ayer fue el desquite. Como siempre, hice la salida a eso de las ocho y media de la tarde. La verdad es que aún cuando la tarde estaba ciertamente fría y en el cielo se podía observar una oscuridad bastante amenazante, creo que eran unas muy buenas condiciones para correr. A estas alturas del año,y con el cambio de hora, se hace muy agradable el correr a estas horas crepusculares, disfrutando tranquilamente del caer de la tarde, para ir eliminando las toxinas y las tensiones acumuladas.
No me había decantado por ninguno de los recorridos que tengo de alguna manera diseñados, así que inicie, a ritmo tranquilo pues los días de parón podían notarse, por un recorrido de los que solía efectuar al inicio mi retorno al mundo de la carrera.
Iba teniendo muy buenas sensaciones, a pesar de los días de parón, pero decidí seguir manteniendo mi ritmo. Fui decidiendo sobre la marcha por donde debían de discurrir mis pasos, y de ésta manera combiné el viejo circuito con el que en los últimos tiempos es testigo de mis salidas.
Tuve suerte pues, salvo en unos instantes en los que una débil llovizna afectó mi marcha, no llovió durante la salida. Poco a poco, a medida que iba avanzando en el recorrido, iba incrementando el ritmo de una forma suave y cómoda, sin notar ninguna sensación de cansancio. Ya me encontraba en el último tercio de la salida, concretamente coronando un tramo de unos trescientos metros de subida por las calles de mi ciudad, cuando frente a mi a unos diez metros, un matrimonio de mediana edad con el aspecto de entrontrarse perdidos, me hace señas para que me pare. La educación o las antiguamente llamadas normas de urbanidad, hicieron que atendiera aquél requerimiento. Como se puede imaginar, estaba bastante sudoroso y mi respiración era un poco agitada, máxime cuando la detención fue un poco brusca. El hombre, comienza a hablarme inmediatamente. Le hago un gesto con la mano para que se detenga pues, con los auriculares puestos en las orejas no le estaba entendiendo. Me los quito y cuando pongo atención a lo que aquél hombre me decía, creyendo que me preguntaría por una dirección o alguna cosa similar, oigo con sorpresa que me dice que tuviera cuidado y fuera más despacio.
Tengo que decir que, normalmente cuando corro, aún cuando sea por la ciudad, son sitios por los que discurre poca gente, y si por cualquier causa tengo que hacerlos por donde deambulan otras personas, siempre intento guardar las distancias y nunca de forma "temeraria".
Por eso mi sensación de desagradable sorpresa ante la recriminación de aquél buen hombre. En ese momento, me sentí francamente cabreado, no ya por la recriminación injusta que me estaban dando, sino también por haber tenido que salir de la cómoda y agradable burbuja en la que me encierro cuando salgo a correr, además de haber roto el ritmo de carrera que llevaba en aquellos instantes.
Mi expresión de enfado, debió de ser tan evidente que en el colmo de los despropósitos, aquél buen hombre, no se si tratando de recomponer la situación me dice "pero descanse, que lo veo muy agotado".
¿Y como quería que estuviese, si llevaba doce kilómetros corriendo?
En fin que, decidí poner término a aquella kafkiana situación, me volví a poner los casos y reemprendí la marcha, seguramente con cara de tonto.
Finalice mi recorrido dándole vueltas a la situación vivida. Catorce kilómetros y una hora y veinte minutos, incluida la extraña parada. Y finalice con una extraña comezón interior. Y la verdad es que, cada vez que recuerdo lo acontecido, me sorprendo más.
Insisto en que suelo ser una persona respetuosa cuando corro. Voy en mi mundo si, pero atento a no generar a nadie y generarme a mi mismo ninguna situación de riesgo. La calle es de todos, y por eso mismo, creo que el respeto, la educación y la prudencia deben de imperar en la misma. Por eso, la experiencia de ayer, me desagrada profundamente. No quiero pensar que fuera una gracieta, pero lo que si pienso es que fue, absolutamente injusta.
En fin, situaciones extrañas que pasan en la vida.

Miércoles: 14,300 Km
Tiempo: 1 h 20minutos.

lunes, 6 de abril de 2009

PARENTESIS


Tras más de quince días sin escribir nada en el blog, intentaré cerrar este paréntesis que, fundamentalmente se ha sido debido a una importante carga de trabajo profesional, que me ha obligado a prácticamente centrarme en el trabajo y a reestructurar necesariamente mi agenda cara al futuro más inmediato. Nuevos temas y la finalización de las revisiones de nuestra primera publicación de carácter técnico, han hecho que nos tuviéramos que volcar todo el equipo de nuestro despacho profesional en la finalización de unos y en el inicio de otros. Gracias, sobre todo a mis dos compañeras, que siempre están ahí, con profesionalidad, con ánimo y con decisión, remando juntos y en la misma dirección, creo que cada día, quizás de una forma imperceptible nos vamos haciendo un poquito más grandes. No en dimensión, sino en prestigio. La cartera de clientes va subiendo, sobre todo y sorprendentemente desde fuera de nuestro ámbito natural de actuación, resultado quizás de un trabajo serio durante mas de veinte años. Podemos afrontar la prestación de servicios para esos grandes y nuevos clientes con más tranquilidad. Las nuevas metas que determinan nuestra política profesional, la renovación de la filosofía de trabajo del despacho se realiza, sin prisa pero sin pausa. Creamos y tenemos un buen ambiente de trabajo. Los tres somos conocedores de los bueno y de lo malo o difícil. Las responsabilidades de cada uno están claras; y las recompensas creo que también. Obviamente, todo ello nos ha exigido constancia, control y sobre todo buenas dosis de paciencia, sobre todo en los momentos dificiles, que los ha habido y muchos. Hoy, a pesar de la crisis, crecemos, no solo en cantidad, que si, que está bien, pero sobre todo vamos creciendo y queremos crecer en calidad, tanto en la calidad de los clientes y de los encargos profesionales, que asumimos como en la calidad de nuestro trabajo, que consideramos primordial. Son buenas noticias, en estos tiempos de penumbra económica en los que en muchas ocasiones, miras a tu alrededor y te encuentras con verdaderas sorpresas. Grandes que no eran tan grandes, cierres de despachos, reducciones de plantillas, etc., y sobre todo compañeros de profesión con verdaderas dificultades y que se agarran a cualquier asidero, sea de la clase que sea y de los cuales obtener el sustento diario.
Es verdad que la profesión a la que me dedico, es dura. A veces excesivamente dura, cambiante y desagradecida. Cada día, por una normativa absolutamente desproporcionada hace que el campo de desarrollo profesional se haga cada vez más estrecho y se haga necesario la búsqueda de nuevos retos, nuevos campos de actuación y nuevas dimensiones profesionales. El encontrar esos nuevos campos de actuación profesional y el mantenerte en un equilibrio estructurado en tu dimensión incrementa las posibilidades de capear el temporal y sobrevivir para posteriormente intentar seguir creciendo, pero con cabeza. Vamos, al igual que en una carrera de fondo. Pero como las carreras de fondo, en principio no son accesibles a cualquiera. Se necesita, tiempo, entrenamiento, constancia y mucha fuerza de voluntad.
Carreras son las que he seguido realizando de forma constante durante éste período de tiempo. He cumplido prácticamente con el plan de entrenamiento previsto para éste mes, salvo dos salidas largas de los sábados en el que obligaciones familiares impidieron la salida programada. Por lo demás y tal como vereís en el resumen mensual, creo que los números poco a poco van saliendo y estoy en la línea. Ya me toca en éste mes incrementar la carga de kilómetros a realizar, aunque con las vacaciones de semana santa de por medio, va a ser un poco difícil, pero lo intentare. Estos primeros días de Abril, también han supuesto un paréntesis, he iniciado la sustitución de mis viejas zapas Mizuno wave raider (1) por las Mizuno Wave aero (2), al parecer mucho más ligeras y más comodas.
De momento, poco a poco, con suavidad, en estos días de merecidas vacaciones, voy a ir despidiendo y jubilando poco a poco a mis viejas compañeras y con ese mismo ritmo, iré domando a las nuevas. Solo espero que en el nuevo paréntesis que se abre, las nuevas,se porten tan bien como las viejas.




(1) (2)

RESUMEN MARZO: DIAS ENTRENADOS; 14
KILOMETROS : 128,011 KM

ACUMULADO ANUAL: 325 KM.
Peso a 31.03.09 : 81,200 Kg