miércoles, 28 de enero de 2009

ESPERANZAS

Iniciada una nueva semana, continuo con los planes de entrenamiento previstos, si bien el pasado lunes no pude salir a correr, como consecuencia de la intensa lluvia que caía en Oviedo ese día. Así que he decidí recuperar el día perdido corriendo ayer martes, que en principio estaba reservado al descanso, y seguir manteniendo durante el resto de la semana el programa inicialmente establecido. He leído en algún foro que no es conveniente el sustituir días de descanso por días de entrenamiento si nos ha surgido alguna circunstancia que nos hubiese impedido correr en los días programados. No se si ello es así, pero en mi caso, entiendo que sigo manteniendo días de descanso y que por el momento, la carga de kilómetros a realizar cada día todavía no es muy intensa, lo que me llega a concluir que dicha decisión no se va a convertir en algo negativo por el momento y me va a permitir alcanzar los objetivos marcados, al menos esa es ahora, mi esperanza.
Y hablando de esperanza. Todos hemos leído multitud de artículos u oido comentarios en los que se habla de la esperanza de un tiempo nuevo. Esperanza generada por la toma de posesión del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
Como ya manifesté en el momento de su elección, me pareció una muy buena noticia. Creo recordar que manifestaba que aquél día, se había cumplido el sueño de un hombre bueno, el sueño de Marthin Luther King.
Creo que para muchos esta circunstancia, tanto dentro de los Estados Unidos como fuera de ellos, supuso y creo que aún sigue suponiendo un nuevo halo de esperanza y de ilusión. Esperanza e ilusión en un nueva forma de hacer política, de que se generen nuevos sueños y de encaminarnos hacia nuevos retos, tanto individuales como colectivos, en unos momentos trascendentales en los que creo que es necesaria que todos tengamos una carga suplementaria o añadida de ilusión por el futuro.
No me considero un iluso. Soy consciente de que la política, los políticos y quienes ejercen alguna parcela de poder, tanto pública como privada, o al menos muchos de ellos, no responden a las expectativas. Normalmente no están a la altura de las circunstancias y para esa comprobación, basta simplemente que miremos en nuestros entornos más cercanos y a cualquier nivel de la actividad política.
Basta ver que, siendo los momentos actuales duros, muy duros, se reproducen las actitudes mezquinas y egoistas que dejan al margen en muchas ocasiones los sentimientos de la mayoría de la gente . Y como consecuencia de ello se hace necesario exigir a nuestra clase política un cambio trascendental tanto en la forma de ejercer la actividad política, como en el fondo. Se hace necesario exigirles refundar las ideas, de adaptarse a las nuevas circunstancias, a los nuevos y difíciles retos.
Es necesario exigir de todos ellos, una nueva ética del ejercicio del poder pare el que les hemos elegido. Nueva ética, basada en aunar esfuerzos, eliminar diferencias y establecer objetivos plausibles. En definitiva, creo que de lo que se trata es de exigir a los políticos el desarrollo de su función, que no es otra que la del establecimiento de las bases para el desarrollo de las sociedades. No creo que se trate de exigir a los políticos la solución concreta del caso individual. Se trata de exigirles que hagan los esfuerzos necesarios para que se sienten las bases que hagan desaparecer esas situaciones individuales, de que no surjan.
Desde esa perspectiva, algunas de las primeras decisiones que ha tomado Obama a mi me parecen esperanzadoras e ilusionantes y creo que, marcan no se si el inicio de una nueva época, pero si es una nueva dirección, creo que mucho más correcta, mucho más oxigenada y oxigenante.
No quiero pecar de ingenuo o inocente. Alrededor del poder, existen muchos intereses, muchas presiones, muchos inconvenientes que pueden modificar la derrota de la nave, pero al menos en estos primeros tiempos, estas primeras actitudes hacen que podamos acoger, aunque sea difícil, nuevas esperanzas.


Martes 27 de enero 7,000 km. 37 minutos.

lunes, 26 de enero de 2009

RECUPERANDO EL EQUILIBRIO


La semana pasada ha sido, por lo menos para mi, una fase de recuperación de la rutina, de esa para mi necesaria rutina no ya solo la referida a los entrenamientos, los cuales por suerte y a pesar de las condiciones climatológicas que hemos padecido en el norte, he podido realizar con regularidad.
También por el trabajo. Ha sido una semana bastante intensa pues determinados compromisos profesionales estaban a punto de vencer y había que hacerles frente, necesariamente y de forma imperiosa con los agobios que ello supone. Pero al final, el pasado viernes estaban prácticamente cumplidos los objetivos semanales y aún cuando la sensación de un cierto cansancio se acomodó en mi, la verdad es que me encontraba francamente satisfecho.
La verdad es que, la semana pasada fue un poco especial. Si bien por un lado hubo momentos duros, complicados tanto desde el punto de vista personal como en el profesional, también los hubo esperanzadores. Fue la típica semana vaivén. Como la vida. Vaivén en el que en unas veces estas en la cresta de la ola y en otros, la dureza de la realidad te hace bajar.
Al final, estoy convencido de que en definitiva, de lo que se trata, es de lograr alcanzar un punto de equilibrio, no se si estable o inestable, pero que en todo caso nos sirva para otear el horizonte con una cierta perspectiva, evitando, no ya las caídas que siempre están ahí, sino que en las mismas, nos hagamos el menor daño posible.
En general, me considero una persona bastante equilibrada. Mi vida no es una aventura constante, soy una persona bastante convencional que me suelo conformar con relativas pocas cosas. Pero creo que el ser equilibrado, en modo alguno supone ser aburrido o al menos, no debería de establecerse una correlación causa-efecto entre ambos conceptos.
Creo que precisamente, el equilibrio es lo que te permite de alguna forma el disfrutar de la vida. Bien sea de pequeños detalles como pueden ser una cena, un buen disco, una buena charla. También esa media maratón, ese descenso en bicicleta, ese puenting.., en fin de esas otras muchas actividades que buscamos para sentir emociones fuertes.
Creo que las emociones suelen estar mucho más cerca de lo que pensamos. Creo que las podemos sentir en muchas más ocasiones que las que creemos. Y en definitiva, suponen la necesaria dosis de adrenalina que nos permite seguir afrontando nuevos retos.
Pues yo necesito mi equilibrio y lo busco y por suerte, suelo encontrarlo cuando en la soledad de la carrera, me aíslo. Es cuando surgen esos momentos en los que nuestra mente queda en blanco, vacía.
He llegado a la conclusión de que, al igual que cuando vaciamos nuestros depósitos corporales de energía, la carrera nos vacía también la mente para poder volver a colmarla una vez que hemos llegado al fin.
Creo que ese es el juego. La constatación de esa necesidad de limpiar o vaciar el depósito y de volver a rellenarlo con las viejas o nuevas ideas. Y es esa costumbre, o a veces esa necesidad la que nos hace alcanzar de alguna manera nuestro equilibrio. Al menos eso es lo que yo intento.

P.D..- Hoy M.J. cumple ....titantos años. Gracias por estar conmigo, por ser amiga, amante, compañera. Gracias por nuestra hija. Gracias por ser el pilar maestro de nuestro proyecto. Gracias por quererme. ¡¡¡¡FELICIDADES!!!!

Miércoles: 7,000 km 42 minutos
Jueves: 7,000 km 40 minutos
Sábado: 7,000 km 40 minutos

martes, 20 de enero de 2009

A VECES QUE DURA ES LA VIDA

Ayer, tras el parón que desde el jueves me vi obligado a mantener tras unas molestias en el pie, que ya han desaparecido, volví a realizar mi rutina de entrenamiento. Pero ayer concurría en mi, más que en otras ocasiones, una necesidad apremiante de correr.
Creo que como ya he comentado en otro lugar y creo que nos pasa a todos, el hecho de correr muchas veces constituye una forma de aislarnos de la realidad que nos rodea, aislamiento a través del cual buscamos que la carrera sea un instrumento que nos permita el ejercicio necesario de la reflexión.
Ayer, necesitaba más que pensar, reflexionar y sobre todo asumir una noticia que me impactó. Ayer tuve conocimiento del fallecimiento de una compañera, de una amiga, de una buena profesional y sobre todo una mujer que en los últimos años y a todos los que de alguna manera hemos tenido contacto con ella, nos ha dado una lección de valentía, decisión y pundonor absolutamente digna de encomio y elogio.
Ayer, a los cuarenta años, falleció Inma. Madre de dos hijos, venía desde hace unos años luchando contra un cancer de pecho con todo lo que ello implica. Inma, presentaba las heridas atroces de esa guerra, pero era una de esas mujeres a las que la vida no la arredraba, no la acobardaba. Luchó contra la enfermedad de una forma denodada pero con unas dosis de humor y de valentía ejemplares, combinando su magnifico quehacer profesional con su papel de madre y además como portavoz y ejemplo de las mujeres que luchan contra la enfermedad.
Aun la recuerdo, hace poco a mi lado, compartiendo ambos el estrado del Juzgado, ella como Procuradora y yo como Letrado. Con su mirada chispeante, su sonrisa en la boca, su constante buen humor, dando ánimos en los pleitos difíciles, dando consejos sobre los contrarios, contando anécdotas, informando a los profesionales puntualmente de la marcha de los procedimientos de forma rápida y eficaz. Nunca puso ningún problema, nunca se le resistió ningún obstáculo burocrático o administrativo de los procedimientos. Nunca dijo no a la petición de un favor o la realización de una gestión.
En este ingrato mundo profesional al que ambos pertenecíamos y sin duda amábamos, siempre fué un ejemplo. Era una magnifica profesional, de raza le venía al galgo. Su padre, hoy ya retirado, fue otro gran Procurador de los Tribunales. Amante de la cultura, de su pueblo, implicado en la vida del mismo. Su hermana es una magnifica Abogada y también una estupenda compañera.
Recuerdo una imagen de Inmaculada hace un año más o menos tras su intervención. Lució como modelo en un desfile de ropa de baño destinada a mujeres que pudieran pasar el mismo trance que ella. En esa ocasión desfiló como si fuera una profesional de la pasarela. Su sonrisa dulce, su mirada confiada, pese a la gravedad de la situación, eran el reflejo de su decisión en la lucha a la que había hecho frente sin ningún miedo, con absoluta decisión y coraje.
Hace unos meses que, de forma indirecta y a través de su familia, teníamos conocimiento de la recaida, de la necesidad de redoblar los esfuerzos en la batalla. Ayer su cuerpo cansado, dijo basta. Ayer Inma nos dejó para descasar ya definitivamente, no se si entre las verdes montañas de ese concejo asturiano de Lena o en la costa abrupta, salvaje y maravillosa de Asturias, cerca de Cudillero, donde tu padre disfruta de la merecida jubilación. No lo se. Pero lo que si se es que, allí donde estés, estarás disfrutando del merecido descanso. Ya no habrá quimio, radio, dolor o sufrimiento.
Tendrás descanso y paz, en la confianza de que tus hijos, estarán arropados por tu familia y por tus amigos.
Todos te echaremos de menos y estoy absolutamente seguro de que, cuando entremos por la puerta del Juzgado de Lena siempre lo haremos pensando en que al entrar en alguna dependencia, en la Sala de Vistas, allí estarás con tu Toga, tu boligrafo, tu libreta de señalamientos, y sobre todo con tu sonrisa y tu mirada inocente. Al menos, ese quiero que sea mi recuerdo de ti.
Gracias por todo compañera y descansa donde quiera que estés. Te echaremos de menos e intentaremos seguir tu ejemplo. Pero permiteme que hoy no deje de pensar en que ! joder que dura es a veces la vida!.


Lunes 19 enero 7,000 Km. 40 minutos

jueves, 15 de enero de 2009

CONTROL BETREN, CONTROL

Ayer realice mi segunda salida. Como es mi práctica habitual en estos primeros días del año, nuevamente salí al anochecer, bueno mejor dicho, salí en noche cerrada, pues cuando me puse en marcha las manecillas de mi reloj marcaban las ocho y veinticinco de la tarde y al menos en esta vetusta ciudad a esas horas la oscuridad ya es total.
Era mi intención repetir el circuito del primer día, siguiendo esta primera fase de rodaje y por lo tanto me dispuse a realizar los siete kilómetros del mismo, pero eso sí, con la intención de ir controlando el ritmo y tratar de emplear en el recorrido un tiempo aproximado que pudiera estar comprendido entre los cuarenta o cuarenta y cinco minutos. En definitiva una salida a ritmo mas o menos cochinero con la única intención de acumular kilómetros.
Inicié la marcha dejándome llevar por las buenas sensaciones que iba experimentando, sin forzar y tratando de acompasar la respiración e intentando disfrutar de la salida.
En esas íbamos, cuando aproximadamente superada la mitad de la distancia programada para el día de ayer, comencé a sentir unas ligeras molestias en la planta del pie, mas concretamente en la parte delantera, justo ahí, donde nacen los dedos. No era nada insoportable, pero si eran unas molestias significativamente perturbadoras.
Total, que en esas circunstancias y no tratando o al menos eso pensaba yo, de forzar en exceso, llegué al final del recorrido y cuando miro el reloj, veo que eran las nueve de la noche. Había invertido 35 minutos en realizar el recorrido. La verdad es que me sorprendí grandemente, pues en ningún momento tuve la sensación de forzar o ir sobrepasado, antes al contrario, mentalmente creo que me iba controlando y en ningún momento tuve esa sensación de llegar a un cierto límite. No se que pasó. Creo que es una de las veces en las que más rápido he corrido, aún cuando en modo alguno esa era mi intención y espero que no fuera un supuesto de disociación entre mi mente y mi cuerpo lo cual me preocuparía. Confío en que simplemente mi cuerpo, éste respondía bien a la marcha y al esfuerzo.
En cualquier caso, creo que el ritmo que mantuve ayer, teniendo en cuenta el parón de estos días, fue un poco excesivo y me voy a tener que aplicar la misma receta que aplico a Alejandra.
No se si sabéis, pero en algunas ocasiones las personas que como Ale presentan el sindrome de Asperger (www. asperger.es), fundamentalmente cuando pasan por alguna situación estresante, (reuniones con mucha gente, acontecimientos inesperados, exámenes, etc.) manifiestan algún tipo de reacción gestual, estereotipas que suelen decir los profesionales y que en muchas ocasiones les sirve como una válvula de escape para liberar tensión o ansiedad. Suelen ser aleteos con las manos, balanceos, saltos, movimientos con la cabeza, etc.
Alejandra, que ya es toda una señorita, hace tiempo que tiene controlados muchas de esas estereotipas pero de vez en cuando, se dirige a su habitación y cuando está completamente sola , se dedica a pegar saltos. Así está un par de minutos y vuelve absolutamente relajada.
Pues bien, en ocasiones cuando era un poco más pequeña y con el objeto de impedir digamos una calcificación de esos ritos sobre todo cuando estaba en público o con personas no allegadas y que pudieran conocer poco las circunstancias de la niña, establecimos una especie de código que no era otro que decirle "Ale control". Ella inmediatamente respondía, "vale" y abandona la ejecución de la estereotipa.
Pues a la vista de las circunstancias, hoy soy yo el que me tengo que tomar una buena dosis de la misma medicina. Esto es, una buena dosis de control y no lanzarme en la forma en que lo hice ayer. Tengo que tener claro que en estos primeros días, no es cuestión de ir rápido, sino fundamentalmente de tiempo. Son un par de semanas en las que lo que me tiene que preocupar es ir cogiendo fondo y resistencia.
Lo desagradable del día de ayer, es que tras los estiramientos y la ducha, si me molestaba mucho el pie de tal forma que casi no lo podía apoyar.
Hoy , está bastante mejor gracias a unos antiinflamatorios aún cuando siento alguna molestia al caminar. Espero que vaya desapareciendo y como hasta mañana no tengo que volver a correr, confío en que se eliminen definitivamente y no tener que romper la rutina de entrenamiento.
Eso sí, me iré repitiendo constantemente la frase de la semana : "Control Betren, control".


Miercoles 14/01/09 7,000 Km 35 minutos

martes, 13 de enero de 2009

LOS PRIMEROS SIETE

Pues ya he puesto en marcha el cuentakilómetros correspondiente a éste año. Ayer lunes, a las ocho ya cuarto de la tarde salí de casa dispuesto a realizar él primer rodaje del año. En principio mi idea es que, al menos durante un par de semanas voy a salir de forma alterna, día si y día no más o menos, con el único objetivo de ir recuperando el punto de forma que tenía antes de que el período vacacional navideño comenzase. Es decir, ir haciendo rodajes cada vez un poco mas largos, con la única finalidad de ir acumulando kilómetros. Luego ya iniciaré el programa marcado para intentar conseguir los objetivos de éste año. Por lo tanto, me lo voy a ir tomando con bastante calma.
En cualquier caso tengo que comentar que ayer, en líneas generales me encontré bastante bien. Inicié el entrenamiento como siempre me pasa, con un ritmo un poco alto, así que decidí que sería lo más conveniente el aflojar un poco el mismo para evitar terminar el entrenamiento, como dirían los argentinos "echando el bofe" y máxime tras el parón navideño.
La temperatura aún cuando no era evidentemente alta no era tan fría como en los días pasados, por lo que el correr resultaba francamente agradable, pues enseguida mi cuerpo calentó con el esfuerzo de la carrera.
Mantuve un ritmo razonable hasta llegar al inicio de lo que era el último tercio del circuito, circuito que en ese último tramo mantiene durante una gran parte un cierto desnivel que, si bien no es muy pronunciado es muy continuo, para terminar como la guinda del pastel, con una cuesta final bastante pronunciada que se prolonga durante unos seiscientos metros y que siempre me deja bastante tocado. (Son mis "escaleras de Rocky" como diría Commedia).
Ese tramo ayer, al principio me costó. Notaba los días de inactividad, los vinos, los mazapanes, los turrones y los pequeños pero continuos excesos gastronómicos de las pasadas fechas, adheridos a mi cintura y que me pesaban en demasía. Además en un momento determinado un amago de flato rondó por mi cuerpo. Pero sorprendentemente, tras controlar un poco la postura y la respiración, ese amago desapareció y volví a encontrarme bastante bien, con lo que finalicé el entrenamiento, cansado eso si, pero con buenas sensaciones.
Al final fueron cuarenta minutos de carrera continua y siete los kilómetros recorridos, pero lo mejor de todo fue el haber recuperado las buenas sensaciones que me daba la carrera y el haber vuelto a esa rutina satisfactoria y gratificante de hacer kilómetros. Cuando menos, ya he iniciado la cuenta.

Lunes 12/01/09 7,000 Km 40 minutos

domingo, 11 de enero de 2009

LA MODA DE LA SOLIDARIDAD

Mañana reiniciaré la rutina de los entrenamientos tras más de quince dias de parón, sino absoluto, bastante acentuado. La verdad es que ese reinicio me proporciona una sensación dual. Por un lado, tengo ya ganas de poner a funcionar el cuentakilometros e ir marcando en el mismo las primeras distancias recorridas en este nuevo año. Por otro, tengo una cierta sensación de preocupación sobre el como va a responder mi cuerpo ante el ejercicio tras estos días de vacación.
En cualquier caso, mañana es el día elegido para retomar los entrenamientos y lo haré en la confianza de obtener la solidaridad de todos aquellos que se hayan encontrado inmersos en una situación similar.
Solidaridad, que palabra tan hermosa pero tantas veces tan desvalorizada. A la hora de escribir esta líneas, recuerdo una experiencia vivida hace poco. Hace unos días, fui testigo por pura casualidad de una conversación que me hizo reflexionar. No es que me considere un cotilla o un malsano curioso, pero fueron las circunstancias que rodearon la misma, fundamentalmente el reducido espacio en el que nos encontrábamos tanto los dos protagonistas de la misma como un servidor, las que motivaron el que fuera testigo de la integridad de la misma.
Los dos interlocutores eran una pareja, chico y chica, cuyas edades no sobrepasarían en exceso los treinta años. Deduje por determinados retazos de la conversación, que ambos eran poseedores de una formación universitaria así como una posición social acomodada.
El contenido de la conversación versaba sobre las experiencias que como cooperantes en organizaciones no gubernamentales ambos jóvenes habían experimentado el verano pasado, la una en Etiopía y el otro en el Congo. Pues bien, lo que más me llamó la atención del tenor de la referida conversación, fue la especie de competición que entre ambos interlocutores se había establecido y cuyo objetivo era manifestar quien había tenido la experiencia personal más impactante en el desarrollo de esas actividades solidarias. Estos eran los términos en los que se desarrollaba la conversación, conversación que iba generando en mí un sentimiento encontrado. Por un lado, no dejaba de admirarme como dos personas jóvenes podían acumular unas experiencias tan intensas y tan interesantes, según el relato que ambos iban desgranando y por otro me molestaba el afán competitivo que entre ambos se había establecido y cuyo objeto era el demostrarse mutuamente y quizás también a mí, como oidor accidental de la conversación, cual de los dos tenía un mayor nivel de compromiso y solidaridad hacia los demás. Así transcurría la conversación, que en algunos instantes llegaba a ser un poco empalagosa, cuando por parte de la protagonista femenina se relató como su madre, al parecer colaboradora de alto rango de la organización para la cual la misma había prestado sus servicios como cooperante, cada año realizaba un viaje, por supuesto que a cuenta y cargo de la organización, y viaje que con la excusa de inspeccionar los distintos proyectos solidarios de la entidad, le permitían practicar y cito palabras textuales, el "turismo solidario" de la señora en cuestión. Viajes cuyo mayor logro, al parecer, eran los centenares de fotografías que la dama, gran aficionada a la fotografía, obtenía en los mismos.
La verdad es que dicha manifestación hizo que surgiera en mi la reflexión sobre lo que, para determinadas personas puede significar el desarrollo de estas actividades, digamos que solidarias. Por un lado, parece ser que suponen la posibilidad de realizar viajes a lejanos e ignotos lugares, viajes que de otra forma sería impensable o imposible que pudieran realizar. Y por otro, vienen a constituir una especie de lavado de conciencia que al parecer necesitan realizar.
Tengo que señalar que no soy contrario al desarrollo de estas actividades en favor de aquellas personas, comunidades o países que lo necesitan. Antes al contrario. Yo mismo colaboro con varías organizaciones y soy un firme partidario de la movilización de la sociedad civil en la exigencia a los Gobiernos de los Estados económicamente mas desarrollados de una implicación en la superación de los graves problemas que azotan a gran parte de la humanidad. Pero lo que si creo es que, dichas actividades, por parte de las personas que colaboran en las mismas han de realizarse con la más absoluta discreción en cuanto a los sentimientos y con la más absoluta implicación y desenvolvimiento en los mismos.
Por otro lado, creo que en nuestro entorno más cercano, en nuestro propio país, en nuestra propia Comunidad o ciudad, se dan multitud de situaciones que deberían de movilizarnos con el mismo grado de implicación y compromiso que, en ocasiones se da en favor de circunstancias concurrentes en lejanos países. Todos tenemos a nuestro alrededor un sinfín de circunstancias que merecerían nuestra atención, personas en riesgo de exclusión social, discapacitados, personas sometidas al yugo de la droga, mujeres maltratadas, niños abandonados, ancianos, etc, que de forma evidente también requerirían la participación y movilización sociales en favor de los mismos o en la exigencia de su protección por parte de las instituciones públicas.
Y lo cierto es que para acceder a ellos, no hace falta organizar grandes viajes, ni ponernos el uniforme de explorador. Simplemente hace falta la voluntad y decisión de colaborar, de participar, de dedicar un poco de nuestro tiempo a los demás. Claro está que en estos supuestos dicha actividad no será lo suficientemente vistosa como para que, en la tarde de un domingo, al calor de un buen café, podamos presumir ante los allegados de lo lejos que nos hemos ido a ser solidarios.
Lo que en definitiva quiero decir es que en el entorno de la llamada Solidaridad Organizada, existen personas nobles y abnegadas que de una forma absolutamente anónima dedican su vida, su esfuerzo e incluso su propio patrimonio en beneficio de los demás, tanto de los más cercanos como de los más lejanos. Pero también es cierto que junto a ellos también están aquellos para los que la solidaridad no es más que una moda, una aventura con la que impresionar a los demás o un dato más que añadir a su curriculum que, con toda seguridad algún día presentarán ante una de esas transnacionales responsables de esa misería y humillación que se dan en muchos lugares del mundo.
Eso si, en cualquier caso siempre tendrán la impresión de haber intentado lavar su conciencia.

viernes, 9 de enero de 2009

REINICIANDO LA MARCHA



Ya han pasado tres días desde que, finalizado el paréntesis vacacional, he vuelto a la actividad cotidiana y ordinaria de mi vida. Nuevamente hay que comenzar a retomar los hilos maestros de mi existir, volver al trabajo, los papeles. La carrera por llegar no muy exhausto a fin de mes, cumplir los compromisos adquiridos, enfrentarse a las facturas, atender a los clientes, en fin, volver a reencontrarme con todo aquello que de alguna manera, supone la constancia de la vuelta a la normalidad.
En esta tesitura, ésta época del año es muy dada a que todos, de alguna manera, unas veces de forma más sutil, otras de forma expresa, realicemos por un lado el balance de lo alcanzado el año pasado y, como contraposición a ello, elaboremos una relación de objetivos o deseos para cumplir o alcanzar en este recién llegado año. Es decir, por un lado establecemos los presupuestos que queremos cumplir en el nuevo ejercicio y por otro hacemos las cuentas anuales y establecemos el balance del pasado.
Siempre he creído que el principal objetivo que deberíamos plantearnos, tal cual ha declarado la gran Maruja Torres, es el de sobrevivir, el de convertirnos en unos resistentes frente a la vida y que por lo tanto, cualquier otro objetivo que pudiéramos plantearnos, sobre todo en estos tránsitos que supone el cambio de año, no dejan de ser elementos básicos que todos necesitamos como salvavidas que nos han de ayudar a librarnos del naufragio en las agitadas aguas de la época que nos ha tocado vivir y que en definitiva, nos ayudan a convertirnos en esos resistentes supervivientes.
Pero leyendo esas listas de deseos y objetivos ilusionados e ilusionantes que me he ido encontrando, por una vez y sin que sirva de precedente, he decidido no sustraerme a esa costumbre y sin ánimo de realizar una lista exhaustiva y cerrada, también yo voy a confeccionar mi lista de deseos y objetivos a conseguir en este nuevo año.
No lo voy hacer de forma sistemática, ni siquiera estableciendo un orden de prelación que responda a un criterio objetivo y determinado. Voy a tratar de ser simplemente intuitivo e ir reflejando doce objetivos, que puedan consistir de alguna manera una norma de trazabilidad previsible para los próximos doce meses. Al igual que en el lema de una cadena televisiva, son doce meses y doce causas.
Ahí van:

.- Seguir con mis entrenamientos, para lo cual necesito desarrollar y mantener de forma clara una buena dosis de fuerza de voluntad.
.- Ser paciente, tanto conmigo mismo como con los que me rodean.
.- Continuar y si es posible terminar ese primer libro que estoy escribiendo.
.- Hacer ese soñado viaje que tengo prometido a mi familia.
.- Seguir siendo coherente con mis principios y mis ideales y tratar de no defraudar a la gente que confía en mi.
.- Seguir emocionándome con las sonrisas de la gente.
.- Seguir teniendo trabajo.
.- Leer todos los libros que deseo leer.
.- Seguir amando y seguir siendo amado.
.- Seguir riéndome.
.- Tener la mirada clara y la conciencia tranquila.
.- Seguir rebelándome contra lo injusto.
.- Fumar menos.

La verdad es que, una vez puesto a ello, creo que podría seguir aumentando la lista, no se si de forma exponencial, pero si con el convencimiento de que la misma seguiría incrementándose de forma alarmante, pues yo al igual que el resto de la humanidad, soy poliédrico, en el sentido de que soy consciente de que poseo una infinidad de carencias e imperfecciones que estas listas confirman, pues en el fondo, son los escaparates que exponen aquellos aspectos personales que queremos mejorar, porque yo, al igual que todos, cuando nos miramos en el espejos, soy consciente plenamente de mis defectos e imperfecciones.
Creo que, en definitiva y al igual que todos, mi principal deseo, mi principal objetivo y en definitiva mi principal aspiración es seguir viviendo y disfrutando con la vida. Y al final, como decía aquél : De hoy en un año, todos aquí. Quizás más viejos, más cansados, más heridos, pero en defintiva, más maduros y con mas vida, eso si, vivida intensamente.

P.D.- El próximo lunes, retomo los entrenamientos. Tras más de quince días de parón, necesito volver a correr. Pero en éste reinicio de la marcha correril y con los mazapanes y turrones completamente adheridos a mi cintura ¡Que Dios me ayude!

lunes, 5 de enero de 2009

SUSTOS


Pues no podía faltar el susto oportuno, y precisamente el último día de esquí de estas vacaciones. El día se presentaba fenomenal. Un cielo azul esplendoroso, un sol radiante, la temperatura bastante baja, entre los 5 y los once grados bajo cero. Una nieve espectacular, relativamente poca gente y nosotros con muchas ganas de disfrutar de éste día esquiando en familia.

Así nos dispusimos, iniciando la jornada de forma tranquila, aunque con un cierto nivel de exigencia, dadas las favorables circunstancias que nos ofrecía el día. Llevábamos mas o menos una hora esquiando, cuando en un momento determinado, decidimos bajar una pista bastante exigente pero que, en principio presentaba un magnifico estado. Iniciamos el descenso, M.J, delante, Alejandra detrás de ella y yo cerrando el trio, como es nuestra costumbre cuando esquiamos los tres juntos. Aproximadamente, a la mitad del descenso, la pista en cuestión queda ensombrecida por los pinos que se ubican en sus laterales, no siendo hasta primera hora de la tarde en el que la misma, por su ubicación queda completamente bañada por el sol motivando que, la nieve endurecida por la noche y las primeras horas de la mañana, se transforme pasando de nieve dura a nieve en polvo, con lo que en el momento en el que realizábamos el descenso, nos encontramos con varias zonas de nieve dura.

Estábamos finalizando el descenso, encontrándonos aproximadamente a unos cien metros del final de la pista cuando ocurrió lo inesperado. No se por que, pero en ese instante, Alejandra fue a dar con su cuerpo en la nieve. No se si porque los cantos del esquí no agarraron lo suficiente o por cualquiera otra circunstancia, pero el caso es que la niña impactó con su cuerpo en la nieve, y a pesar de llevar el casco, sufrió un fuerte golpe en la nariz, no se si con el bastón o con sus propias gafas. (al ser miope como yo, ambos esquiamos con nuestras gafas en el interior de las mascaras de ventisca).

Evidentemente, la consecuencia fue el abundante sangrado por la nariz y el consiguiente susto tanto para la niña como para nosotros, susto maximizado por lo escandaloso que supone el contraste de la sangre en la nieve. A partir de ahí, la tensión que surge y lo más importante, era trasladar a Alejandra al centro médico de la Estación, cosa que hicimos rápidamente, pues como señalaba anteriormente nos encontrábamos a escasos cien metros de la base de la misma. Traslado en el coche de la estación, revisión médica, radiografías y al final todo quedó en una pequeña fisura en la nariz, sin desplazamiento de los huesos propios y una leve distensión en la rodilla izquierda, todo ello de fácil recuperación con descanso y el correspondiente ibuprofeno y eso sí, con el correspondiente susto en el cuerpo.

Lo mejor de todo, la valentía que demostró Alejandra en este trance. Como he comentado en otro post, mi hija presenta unas características especiales y siendo ésta la primera ocasión en la que sufre un accidente de una cierta entidad, aunque sea mínima por suerte, en los más de diez años en los que lleva esquiando. La reacción de la misma ante esta situación absolutamente imprevista, fue de una gran madurez y de bastante tranquilidad lo que tanto a M.J. como a mí, nos sorprendió profundamente.

Mientras estoy escribiendo estas lineas, está sentada en el sillón, con su pierna izquierda en alto y un moratón en su ojo derecho, únicos rastros de la aventura de ayer, leyendo un libro y llevándolo muy bien . Lo importante fue que después de salir del centro médico, volvió a ponerse los esquís para trasladarnos a la cafetería y lo hizo sin ningún problema, aún cuando manteniendo la prudencia. Recordaba a un amigo de la misma, que hace años también sufrió un pequeño accidente de esquí, el pobre se abrió una ceja (¿te acuerdas Nacho?) y hoy en día es un magnifico esquiador en su categoría.

La consecuencia de esta aventura, para mi no es otra que mi hija cada día es más madura, tiene más recursos pese a sus limitaciones y es mas controlada, sabiendo asumir cada vez mejor lo imprevisible que es la vida. Luego a M.J. y a mí nos queda el sentimiento de la importancia que para nosotros significa esta hija, y sudar en frío, supongo que como cualquier padre, pensando en lo que podía haber pasado. Al final, solo fue un susto.


PD. Desde aquí quiero dar mi agradecimiento, en primer lugar al esquiador anónimo que paró y ofreció su ayuda. En segundo lugar al personal de la Estación de Esquí de Baqueira Beret por su rápida y magnifica intervención y finalmente y de forma muy especial al personal médico y sanitario del Centro Médico del RACC en la estación, por sus sensibilidad al comprender las circunstancias de Alejandra, y por su rápido y magnífico hacer. ¡Muchas gracias a todos!