jueves, 24 de junio de 2010

CALOR



Día a día, la continuidad en mis entrenos va volviendo, dejando atrás ese caos que me generó ese período de lluvias que nos ha acompañado. El viernes realicé la salida larga, pues el fin de semana, tenía una serie de compromisos que me obligaron a modificar un poco el plan previsto. La verdad es que fue un entrenamiento muy placentero. Decidí tomarlo con calma y disfrutar de la tarde, haciendo un circuito por el que hacía mucho tiempo que no corría. Es un circuito que combina tramos urbanos con tramos en los alrededores de la ciudad, con subidas muy continuas aunque no excesivamente pendientes, tramos llanos, largas rectas, algún que otro descenso largo conformando un circuito que entiendo es bastante completo y con un cierto nivel de exigencia al combinar todos los elementos antedichos. La tarde era muy agradable, despejada y con una temperatura perfecta para correr. Mucha gente corriendo y al final fueron casi catorce kilómetros en una hora y diez minutos. Casi terminando el entreno unos pequeños pinchazos en la rodilla derecha me alarmaron un poco, pero aún así terminé. Descansé el sábado y el domingo hice una salida cortita de unos cinco o seis kilómetros, salida en la que al inició se reprodujeron esos pinchazos para desaparecer posteriormente de forma definitiva. El lunes toco descanso y sufrimiento con el partido de fútbol y ayer nueva salida. Salida con calor, mucho calor y bastante humedad. Salida en la que las sensaciones no fueron buenas. Me sentía cansado, con falta de energía. Sudando mucho y corriendo de una forma agonística. Mucha sed. La boca y la garganta reseca. Los distintos tramos del recorrido se hacían eternos, casi casi inalcanzables. Tuve que parar en una fuente a beber y aún así, la sensación de estar fundido no despareció. Creo que todavía mi cuerpo no se ha adaptado a estos calores y eso que salgo a correr sobre las ocho y media de la tarde. Al final decidí que lo único que importaba era terminar el entreno previsto, sin recortar la distancia. Ir acostumbrando el cuerpo poco a poco el cuerpo a estos calores. El alivio llegaba en algún tramo en el que la brisa refrescaba un poco el ambiente. Al final fueron nueve kilómetros en una hora y cinco minutos. Conclusión: No fué uno de mis mejores entrenamientos. Me sentí absolutamente desfondado, sin fuerzas, pero había hecho el recorrido completo. Supongo que poco a poco me adaptaré al estío y mis sensaciones serán mejores.

Al final, lo mejor de todo, la ducha reconfortante y el disfrute de la noche de San Juan. Hoy descanso y mañana veremos como vamos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

HOLA! :)
AMIGO BETREN NO HAY NADA MAS RECONFORTANTE QUE LA DUCHA DEPUES DE HABER DEJADO TODO EN LA RUTINA DEL CORRER....


ESPERO QUE DISFRUTES DE LAS FOGATAS DE SAN JUAN !!!
QUE DISFRUTES DEL CALORCITO...


SAUVIGNONA