sábado, 12 de junio de 2010

RESIGNACION



El radiodespertador sonó hoy sábado a las ocho y media. El sonido de la radio invadió la habitación de forma inmediata, haciendo que poco a poco volviese mi cerebro a la realidad, alejando las brumas cómodas del sueño.
Recobrada la conciencia, dejo transcurrir una media hora disfrutando de una agradable duermevela envuelto en la tibieza de las mantas oyendo la tertulia radiofónica mañanera, hasta que decido levantarme. Quiero salir a correr. Quiero realizar una salida larga y tratar de recuperar el entreno que ayer tarde no pude realizar como consecuencia de este temporal de lluvia que nos está azotando.
Me levanto de la cama y salgo de la habitación intentando no despertar a MJ, mientras albergo la esperanza de que hoy si pueda salir a correr.
Abro la puerta de la habitación, y cruzo el pasillo y el salón hasta llegar a la cocina. Subo la persiana y desgraciadamente observo como no solo no ha dejado de llover, sino que continua haciéndolo con intensidad. El cielo, gris plomizo no augura que escampe, pero aún así, no dejo de albergar la esperanza de que pueda hacer la salida. Todo es cuestión de que al menos la intensidad de la lluvia decrezca. Necesito salir a correr.
Me preparo el desayuno, dejando de ésta forma transcurrir el tiempo a la espera de que la lluvia amaine un poco y me permita entrenar.
El olor del café invade en un par de minutos la cocina. Me sirvo una taza que humeante me acerco a los labios y tomo un buen trago. El liquido caliente me termina de despejar definitivamente. Me tomo el acostumbrado yogurt con fibras después de haber preparado una tostada. Nuevamente miro a través de la ventana y no hay ninguna novedad. Sigue lloviendo incluso con mas intensidad que antes. Me sirvo otro café, en el momento en que MJ entra en la cocina. Ansisoso dirijo una vez mas mis ojos hacia la ventana con vana esperanza, que se dikuye definitivamente cuando confirmo que en el exterior, todo sigue igual. Sigue lloviendo con fuerza. Derrotadas mis esperanzas ante la contundencia y tozudez de la lluvia renuncio definitivamente a la carrera matutina y resignado esperaré a la tarde a ver si amaina y así salir a correr.
A veces no queda otro remedio que acudir a la resignación y esperar a refugio mejores tiempos.

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