martes, 15 de junio de 2010

POR FIN



Por fin ayer pude salir a entrenar. Y eso que hasta el último momento, las dudas siempre estuvieron presentes, pues diez minutos antes de iniciar la salida el aguacero que azotó esta ciudad fue de muy alta intensidad.
Pero de repente, a eso de las ocho y media de la tarde, escampó dejandose ver a jirones un cielo azul intenso adornado de obscuras nubes grises. Sin dilación emprendí la salida en la confianza, o mejor dicho con la profesión de fe en que no se volviera a cerrar el cielo y apareciera de nuevo la presencia de la lluvia intensa. La temperatura perfecta, quizás con un punto de humedad algo elevado, pero que era consecuencia lógica de la intensa lluvia de estos días.
Enfrenté el recorrido con cierta calma, sin forzar en exceso, decisión consciente debida fundamentalmente al parón forzoso de la semana pasada. Poco a poco, tramo a tramo, la fuí incrementando en base a las buenas sensaciones que iba experimentando, pero sin llegar a forzar en momento alguno.
Mientras corría, comprobé que los runners somos como los caracoles. Basta con que la climatología nos acompañe un poco, para que salgamos de nuestras madriguerass de forma casi masiva y tomemos posesión de las aceras, parques, y caminos. Ayer y no es broma, me cruce con casi otros veinte corredores en distintos tramos. Cada uno a su ritmo, en su marcha, pero todos con caras de verdadero disfrute. Da gusto cruzarse con gente que corre.
En pleno recorrido, encontrándome bien de piernas y con buen ritmo, decidí sobre la marcha el incrementar la ruta, aún cuando no hubiera cumplido el plan que correspondía a la semana pasada.
Dicho y hecho, añadí otro medio kilómetro a la salida, haciendo una especie de bucle por una de las zonas del recorrido.
Al final fueron diez kilómetros y trescientos metros en un tiempo de cincuenta y siete minutos que se hicieron muy disfrutones.
Al terminar y sin que hiciera aparición la temida lluvia, los estiramientos de rigor en el parque que tengo al lado de mi casa, rodeado de perros y sus dueños.
Hoy toca descanso. En el momento de escribir estas lineas, esta lloviendo con gran intensidad. Lo hace de una forma tempetuosa, intensa. Al igual que los aguaceros que de forma intermitente e intensa se han producido a lo largo del día de hoy, en alternancia con esos momentos en que ha lucido el sol de esa forma igualmente intensa y picajosa que precede a las tormentas de verano.
Por contra de la afirmado por los meteoróogos, la temperatura no ha bajado, creo que antes al contrario ha subido, asemejándose gracias a la humedad reinante en los momentos en los que lucía el sol a un clima tropical.
Hoy es seguro que me libro de la mojadura. Mañana, Dios y el tiempo dirán.
PD.- Aunque ya se lo he dicho, una vez más y públicamente felicidades Tortuga. Estas en la mejor edad. Besos.

1 comentario:

Tortuga dijo...

Pues sí, nunca mejor dicho, estoy corriendo casi a los cincuenta!!!